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“Dispón tu corazón porque Dios quiere ministrarte”

jueves, 20 de agosto de 2009

Tema: “Dispón tu corazón porque Dios quiere ministrarte”

Texto: Salmos 122: 1

“Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”.

¿Cuándo fue la ultima vez que disfrutaste de una predicación?, si hablo de esa vez, que no soportaste a que terminaran de predicar, mientras tus lagrimas salían de tus ojos, por la razón de que Dios estaba ministrándote tremendamente.

Y es que no se necesita estar pasando por un desierto espiritual como para ser ministrado, no se necesita estar pasando por enormes problemas para que Dios toque tu corazón, lo único que en verdad se necesita es un corazón dispuesto a ser ministrado.

Muchos se quejan de no ser ministrados en sus congregaciones, ya sea porque el predicador no es muy elocuente, quizá porque no tiene mucha experiencia o cualquier otra excusa más que quieras poner para validar tu disposición nula para ser ministrado.

Es que es rico ser ministrado, es precioso sentir que Dios te esta hablando, es hermoso cuando reconoces que estas fallando en algo y que necesitas prontamente solucionar eso que sabes que es un obstáculo para tu relación personal con Dios.

Pero eso no se logra por parte del predicador, es más, el nada mas es un instrumento que Dios quiere utilizar para ministrarte. La clave no esta en que sea elocuente, tampoco en que tenga mucha experiencia, no, la clave esta en LA DISPOCISION DE TU CORAZÓN para poder ser ministrado.

El rey David escribía este salmo y decía: “Yo me alegré con los que me decían:A la casa de Jehová iremos”, realmente podemos notar la disposición de corazón que llevaba David al ir a la casa de Dios. Ante esto, ¿Crees que le importaba quien iba a predicar?, definitivamente no, David se alegraba con el simple hecho de saber que iba a la casa de Dios, porque prefería estar un día en la casa de Dios, que mil años lejos de ella.

¿Cuál es tu disposición al ir a la casa de Dios?, ¿Qué es lo que te estorba para ser ministrado?, ¿Vas solo a oír o a recibir una Palabra de Dios?, yo no se tu, pero últimamente disfruto cada predicación que escucho o que predico, no te imaginas el hambre que hay en mi recibir una Palabra de Dios, quizá el predicar no sea tan bueno, quizá no tenga tanta elocuencia, a lo mejor tiene poca experiencia, pero lindo es tener un corazón dispuesto y un espíritu humilde para recibir la Palabra de Dios y que esa palabra ministre tu vida de manera tremenda que al salir del servicio tus ojos sean la muestra del tremendo encuentro que tuviste con Dios.

Amado hermano, que el próximo servicio de tu congregación sea una linda ocasión para que te encuentres con El, no esperes mas, no es necesario que llegue un predicar del extranjero para que seas ministrado, no se necesita demasiada elocuencia, ni siquiera mucha experiencia, lo único que necesita llevar la próxima vez que vayas a un servicio es UNA DISPOSICIÓN TOTAL DE TU CORAZÓN.

Prueba y me cuentas, llega con un hambre tremendo de la Palabra de Dios, desde el momento que comience la Palabra pon la máxima atención posible, no permitas que nada te distraiga, escucha y a la vez medita lo que estas escuchando y notaras como Dios te estará hablando sobre eso que necesitabas. Y es que la Palabra de Dios siempre esta ahí en el momento indicado y tu puedes provocar ese momento si tan solo DISPONES TU CORAZÓN.

Que tú Corazón anhele cada reunión y que la vea como una oportunidad más para que Dios te hable no importando quien predique, sino que lo único que importe es TENER UNA DISPOSICIÓN TOTAL para que Dios hable a tu vida.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para www.devocionaldiario.com

“Si confesares con tu boca y creyeres en tu corazón”

jueves, 13 de agosto de 2009

Tema: “Si confesares con tu boca y creyeres en tu corazón”

Texto: Romanos 10: 9-10

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.

Jesús vino a esta tierra a darte salvación, cada uno de los castigos que recibió fueron por amor a ti. Sin duda Jesús pensó en ti desde antes de la fundación de la tierra y decidio darte salvación si tú la aceptas.

Una cosa si tienes que tener claro: La salvación que Jesús te ofrece no es obligatoria, no tienes que sentirte obligado a entregarle tu vida si dentro de ti no existe esa intención, porque seria un fracaso.

Pero de lo que si puedo estar seguro es que Dios ya ha tocado tu corazón en mas de algún momento, pero el es caballero y no te obliga a hacer nada de lo que no quieras o no estés dispuesto a hacer. Por esa razón en esta ocasión te quiero mostrar como obtener salvación.

Primero, “Si confesares con tu boca”, tienes que entender que para obtener salvación, tienes que confesar con tu boca, muchos pueden decir: “no es necesario, yo creo en Dios y eso basta”. Pues quiero decirte que la Biblia habla de confesar con tu boca “que Jesús es el Señor”, pero el confesar o entregarle tu vida al Señor no es solo de un momento, el confesar va mas allá de unos minutos, es llevar una vida que con su boca confiese cada día el Poder de Dios, la Soberanía de Dios y el cambio que Cristo puede hacerles a las vidas mas destruidas que puedan haber. Confesar con tu boca tiene que ser constante, a través de las palabras que de ella salgan, en pocas palabras tienes que tener un vida llena de palabras de Fe, palabras que alienten a las personas y palabras que te alienten a ti mismo.

La segunda parte es “Creyeres en tu corazón”, creer tiene que ver con Fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, puesto que aunque no hemos visto en persona a Jesús, creemos en el y aunque aun no estamos en el cielo sabemos que estaremos ahí. Creer también tiene que ver con llevar una vida que demuestre sus creencias, es decir “un buen testimonio”, cuando yo doy un buen testimonio o mantengo una buena manera de vivir, estoy demostrando en quien creo, mis pasos en la vida demostraran en quien he creído.

Estos versículos tan universalmente conocidos, van mas allá de un pequeño momento, son versículos que tendríamos que vivir cada día de nuestro existir, para confesar de Cristo y para Creer en El a través de una vida santa y que demuestre el cambio que Jesús hizo en nosotros.

Nunca te olvides de confesar y demostrar en quien has creído.

Y si aun no has confesado con tu boca que Jesús es el Señor y creído en tu corazón que Dios lo levanto de los muertos, te invito a que lo hagas, que en el lugar donde estés hagas una pequeña oración como esta:

“Señor Jesús te pido perdón por mis pecados, reconozco que soy pecador y que tu moriste por mis pecados y resucitaste al tercer día, te entrego mi vida para que hagas de ella lo que bien te parezca, a partir de este día te prometo esforzarme para vivir para ti, cambia mi vida, amen y amen”

Felicidades ya eres un hijo de Dios, ahora no te detengas, comienza a vivir una vida que agrade a Dios, a través de confesar cada día sus maravillas y vivir para El a través de un testimonio intachable.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para: http://reflexionesydevocionales.blogspot.com


 
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